Cuánta desilusión al estar frente a un excelente grupo de profesionales (Director Musical, Cantantes Solistas y Coro, Músicos de Orquesta, Coreógrafos, Bailarines, Actores, Figurantes) totalmente abandonados a su suerte por el director de escena (en minúscula), seguramente contratado por cualquier motivo, menos por su nivel profesional y reconocida valoración, para llevar adelante el exigente montaje de una ópera, zarzuela o musical.
Lo he vivido personalmente y se repite innumerable veces en todo el mundo!
Cuánto dinero invertido y perdido!
Esperemos que nuestras nuevas generaciones de grandes artistas que creen definitivamente en la preparación, estudio, progreso, excelencia, dedicación y disciplina, puedan fusionarse, cual barrera impenetrable, cuando, por malas conducciones de los teatros les impongan directores no preparados.
El esfuerzo debe ser de todos y si una pieza tan importante como el director de escena, falla, no puede estar al mando de una obra de arte que está a punto de dibujarse con la más sutil armonía de colores.
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