En mi experiencia, una de las cosas que más valora un cantante lírico, es que el pianista que lo acompaña respire junto con él.
Por supuesto que para todo instrumentista, y para todo ser viviente, la respiración es necesaria para oxigenar el cerebro y continuar con las funciones que viene realizando. Sin embargo, es muy notorio el rol que cumple dicha respiración natural en un cantante.
Mi consejo, para el pianista o acompañante instrumental es:
- Marcar en la partitura los lugares donde el cantante respira, y aquellas pausas que puede tomar en caso de necesidad.
- Estudiar a fondo la parte tanto del solista como del acompañamiento, para encontrar el sentido de las frases y poder realizar un trabajo de fusión e interrelación lógicamente musical e interesante.
- Físicamente, respirar cuando interpreta (muchas veces no somos conscientes de nuestra respiración).
- Amoldar los tiempos anteriores y posteriores a las respiraciones del cantante, para que, sin perder el tempo ni el pulso, permita con comodidad al solista de canto, tomar el aire necesario, después de haber expulsado el aire sobrante anterior.
- No se trata de hacer rubatos en cada respiración. Se trata de ayudar haciendo música; recordemos que los silencios y las respiraciones son parte importante del discurso musical.
- Siempre, dialogar con el solista sobre lo que nos dice cada frase; su contenido y la expresividad que queremos darle. Es un trabajo en conjunto que resultará exitoso en la medida en que se plantee un objetivo común y razonado desde el conocimiento del repertorio.
La práctica nos irá diciendo que más podemos hacer...
Cuando interpretas un instrumento, acompañando a un solista, siempre deben escucharse.
¡De eso se trata!